La integración en el entorno, a través de la ejecución de una intervención que mejora su relación con el ámbito, adaptándose a los nuevos usos, convirtiendo la actuación en un hito y punto singular del barrio.

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El punto de partida para la elaboración de esta propuesta ha sido desde un acercamiento al contexto de la parcela y el edificio existente objeto de este concurso, estudiando su relación con el ámbito y las necesidades del nuevo uso que tendrá el mismo.

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El proyecto se desarrolla en el antiguo Mercado de Santa Lucía, un remate de manzana rodeado por las calles Doctor Fleming, Inés de Castro y Pasadizo de Pernas, diseñado por el arquitecto Manuel Gallego Jorreto.

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Una posición del edificio privilegiada, ya que se encuentra en el centro de las 3 grandes avenidas que limitan el barrio, la Avda de Arteixo, la calle Juan Florez y la Ronda de Nelle. Por lo que proporcionar una buena propuesta en el corazón del mismo es fundamental para dotar nuevamente de vida a este espacio.

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El edificio existente consta de un sótano, un semisótano, 4 plantas de mercado distribuidas en entreplantas y 3 plantas superiores que completan la medianera con los edificios colindantes.

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En el entorno del edificio se han ido completando una serie de actuaciones que han ido desvirtuando el edificio, añadiendo volúmenes y elementos que hacen que el edificio tenga una lectura compleja, todo ello acompañado de un mal estado de conservación.

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De este modo, se opta por rediseñar toda la zona exterior, cambiando la vinculación de la edificación con su entorno para que sea partícipe de estos espacios.

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Un edificio que tiene que albergar un programa complejo, tres usos en un mismo espacio pero que deben funcionar de manera independiente, sin mezclarse, un Centro de Salud, Un Centro Cívico y un Mercado.

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Analizando la propuesta del anteproyecto entregada valoramos que esta distribución no es la óptima, ya que se produce superposición y mezcla de usos, sin clarificar al usuario a que está destinada cada parte del edificio.

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Es por ello que la voluntad de la propuesta es aquella de establecer un vínculo y contextualizar el uso del nuevo programa para el edificio con su un entorno inmediato.

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Un edificio para los ciudadanos que busca mejorar la zona donde se encuentra, fomentando una mejor relación con el ámbito actuando como un punto de unión para los usuarios, tanto en sus espacios exteriores como en la propia configuración interior, donde se prima la generación de espacios flexibles y con calidad arquitectónica.

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Partiendo del condicionante de mantenerse siempre dentro de la volumetría existente desarrollamos la propuesta, primero limpiando todos aquellos elementos que se han ido adhiriendo al edificio original y después abriendo una nueva calle en el punto donde se produce la conexión de las entreplantas del antiguo mercado, un espacio que ya contaba con un gran patio cubierto. De este modo fraccionamos el volumen en dos edificaciones, manteniendo estructura y forjados existentes, pero diferenciando claramente la gestión de cada uno de ellos, ya que un edificio tendrá gestión municipal y el otro autonómica.

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La solución proyectada para el edificio no afecta a la circulación viaria existente, pero si dota de nuevos espacios libres públicos para los peatones.

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El aprovechamiento de la luz natural garantiza la mejor iluminación posible para las zonas de trabajo y los distintos usos, con todos los espacios abiertos al exterior, de tal forma que todas las estancias se agrupan en el perímetro del edificio con vistas y ventilación al exterior. Como resultado, el edificio ofrece espacios diáfanos con sensación de amplitud y confort para los usuarios, tanto trabajadores como visitantes.

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Con este gesto queda claramente definido un volumen delantero, que será destinado a mercado y centro cívico, con acceso desde la calle doctor Fleming, abierto a lo público, con la generación de una nueva plaza delantera y nueva vegetación, que dote de vida el corazón del barrio, el mercado a pie de calle, para garantizar la total accesibilidad en el día a día, y el centro cívico en la planta superior, pero con acceso independiente desde la plaza delantera.

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El volumen trasero será el destinado al Centro de Salud, con un carácter más privativo gracias a la nueva calle que le permite tener su propia circulación de ambulancias, taxis, servicios, etc, además de dotar al edificio de una buena iluminación y ventilación natural, ya que el volumen enfrentado apenas llega a los 7m de altura, garantizando el correcto soleamiento de todo el edificio. Aquí únicamente se sustituye la planta bajocubierta por una cubierta vegetal con paneles y colectores solares, manteniendo con los bloques de comunicaciones laterales la altura de cornisa de la manzana para evitar la formación de medianeras.

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Se consigue de este modo una total independencia de funcionamiento, facilitando además al usuario la clara identificación de los usos, con el acceso al Mercado y Centro Cívico desde la calle principal y al Centro de Salud rompiendo una de las esquinas del volumen trasero para generar una pequeña plaza cubierta.