Nos encontramos del lado Este de la ciudad, el de la ría, el dique, el puerto deportivo, el pesquero, los cruceros y los eternos e inmensos muelles de mercancías, de los que deberíamos empezar a hablar en pasado. Esto nos sitúa en un punto clave para entender la situación de nuestro proyecto, nos encontramos en el punto donde la ciudad pasa a ser puerto, y donde en el futuro se establecerá la continuidad.

Una parcela con fachada al norte momentáneamente, pero que saludará a la ría en el futuro y es por esto que no podemos perder en ningún momento la perspectiva en la que se localiza. Se pretende buscar una continuidad del paseo marítimo y extender el paseo de borde desde la Marina hacia Oza.

Se estudian las posibles circulaciones y se destacan las principales barreras para permitir guiar los flujos. Se diferencia el itinerario al borde del mar, itinerarios interiores de paseo, de paso y las nuevas circulaciones provocadas por el uso de nuestro edificio, sumando a todo esto condicionantes de soleamiento y vistas de la parcela. Se busca la fluidez de los usuarios y una continua relación con el exterior para que cualquier usuario no tenga la sensación de encontrarse atrapado o desubicado.

Con el programa y la relación con el entorno ya interiorizados se empieza a resolver el problema. Claramente se define un elemento potente de comunicación, se encargará de resolver las circulaciones, de estructurar el edificio, de distribuir las instalaciones, de organizarlo, un corazón encargado de gestionar el flujo circulatorio. Diferenciamos tres zonas principales que se conectan como eslabones de una cadena mediante dos grandes planos verticales en forma de U que se unen dejando en el medio el espacio circulatorio.

Un proyecto que busca ser una obra de teatro inmersiva, donde las personas experimentan circulando por el espacio. Se genera así una arquitectura de flujos y circulaciones. Es un edificio que se expande buscando tocar en varios puntos los límites de la parcela, pero que a su vez procura envolverse a sí mismo para sentirse protegido.

La estructura es la arquitectura, los muros de hormigón armado acompañados de elementos puntuales la componen, y es la estructura la que resuelve prácticamente el programa, apenas un par de particiones interiores acaban de definirlo.  Espacios de trabajo siempre relacionados con el exterior.

No nos podemos olvidar que las salas son la pieza singular de unos Juzgados. Es por ello que se busca romper un poco con las salas de vistas actuales abriéndola en uno de sus costados a las vistas, dejando entrar la luz natural, rasgada por las lamas. Una celosía de lamas verticales inexistente en planta baja, la más pública, que va ganando densidad según ascendemos por él, hasta llegar a las dos últimas, donde duplica su ritmo para dar mayor protección.

Se pretende con el proyecto intentar despojar al usuario de la sensación de angustia al enfrentarse a este tipo de edificios, buscando en todo momento que la arquitectura de respuesta y sea capaz de resolver los problemas de cada uno de sus usuarios, independientemente de su condición y procurando ser una arquitectura justa y verdadera, para aproximarse a lo que debería ser el sistema judicial.